L A B E R I N T O S

No se de dónde vengo, supongo que de un paraíso injusto que me dio vida; me transforme en sombras, en la silueta de un cuerpo, en la ansiedad de la soledad, hasta que lo conocí.

Recorrió mi ser, y construimos una historia de amor que nunca fue escrita, quizá para no mancharla de esencias literarias; el tomo mi alma , me arranco la cabeza, me dejo en las páginas rojas de la desmemoria, y en un camino que me vistió de negro, se fue sin decir adiós, y ahora solitaria lo espero...simplemente lo espero.

Sin decir palabra y moverme del mismo lugar, no logro aceptar su ausencia, no comprendo como encontrar el alivio a las dudas que se hunden como cuchillos en la mantequilla, que carcomen con el frío del metal y desangran a mi amor.

Acuchillada, de heridas infectadas, me hinco, y rezo por su muerte y por mi mente sin resignación que no acepta su ausencia, y soy solo sombras... solo sombras.

Sólo una silueta condenada a un sueño, a un cuerpo, que pide volver a sentirlo; ofrezco mis brazos, y enciendo una vela para alumbrar el camino de la muerte, en el reflejo de mi imagen, esperare mi hora, para encontrar el camino que me trajo y pueda seguir sus pasos para encontrarme con él, para llegar a la luna y simplemente borrar mi sombra, borrar la luz que me trajo hacia aquí.